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A medida que los casos de COVID-19 se han disparado en el condado suburbano de St. Louis, Missouri, también han aumentado las llamadas a la Junta Electoral de votantes enfermos o en cuarentena, preguntando cómo pueden votar. Hasta esta semana, los trabajadores han anotado la información de contacto y les han enviado boletas a sus casas. Pero el lunes la junta hizo un cambio, el establecimiento de un sitio de autoservicio (drive thru en inglés). Hoy, 12 trabajadores electorales, incluso bomberos y policías voluntarios del departamento de emergencias local, están procesando a votantes en dos líneas de autos.
“Hay tantas personas más que dan positivo que no hay forma de que podamos enviarles a todas las boletas", dijo Eric Fey, el director de la junta, estimando que al menos 400 o 500 no pudieron votar en persona y no se habían inscrito para votar por correo.
Los estadounidenses acuden hoy a las urnas en una elección ensombrecida por problemas de salud pública que no se veían desde las elecciones de medio término de 1918, realizadas durante una epidemia de gripe mortal que arrasó el mundo. Las adaptaciones de última hora en Missouri son el último giro en una campaña sin precedentes marcada por una pandemia, una enorme expansión del voto por correo, informaciones erróneas generalizadas, las acusaciones infundadas de fraude electoral del presidente postulado para reelección y sus amenazas de no acatar el resultado. En una elección en la que casi 100 millones de personas han votado anticipadamente o por correo, el creciente número de casos de COVID-19 pareció estar a punto de atemperar la participación en el propio día de las elecciones.
Para el proyecto Electionland de ProPublica, cientos de reporteros de casi 150 salas de redacciones en todo el país están monitoreando el Día de las Elecciones. Los casos dispersos de aparente intimidación de los votantes, incluidos algunos de los partidarios del Presidente Donald Trump, han empañado una elección en gran medida tranquila y sin problemas. Por ejemplo, un camión de 5 toneladas con letreros y banderas de Trump estacionado cerca de un sitio de votación en Iowa. Las tácticas agresivas ocasionales no parecían estar coordinadas ni disuadir a muchas personas de votar.
Otros problemas que se reportaron fueron desde máquinas de votación rotas en vecindarios de minorías hasta caos con el conteo de boletas.
Parecía probable que algunos votantes se verían privados del derecho de voto porque un servicio postal abrumado no podría entregar sus boletas a tiempo. La información errónea, especialmente en los medios de comunicación social, tenía como objetivo intimidar a la gente para que no fuera a las urnas, mientras que el número de lugares de votación en algunas ciudades no estuvo a la par del ritmo del aumento del registro de votantes, lo que estimuló las expectativas de largas filas en los barrios de minorías y de bajos ingresos donde los residentes votan predominantemente en persona.
La pandemia ha transformado la votación en todo el país. La mayoría de las más de 300 demandas relacionadas con las elecciones que se han presentado en 45 estados, Puerto Rico y el Distrito de Columbia desde marzo se derivan de los esfuerzos por hacer que la votación sea más segura y la consiguiente reacción de los partidos. El lunes pasado, una corte federal de apelaciones rechazó una medida de los republicanos para bloquear el voto desde autos en Texas. No obstante, el condado de Harris cerró nueve de los 10 centros de votación en el área de Houston para reducir al mínimo el número de votos que se perderían si los demandantes finalmente ganaban en la corte. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dijeron en un artículo el lunes que las personas con el coronavirus “tienen derecho a votar, independientemente de si están enfermos o en cuarentena".
En el condado de Hardin, Iowa, la auditora Jessica Lara ha establecido la votación desde la acera para que los trabajadores electorales puedan entregar las boletas a las personas con prueba positiva de COVID-19 o en cuarentena en los vehículos. En los últimos dos días, el condado de Hardin ha registrado más de 30 personas con pruebas positivas de COVID-19 votando desde la acera, y Lara espera al menos 20 más el día de las elecciones.
Todos los trabajadores electorales del condado de Hardin reciben guantes, máscaras y protectores faciales, y en la medida de lo posible, utilizan artículos no reciclables. Cada bolígrafo de tinta se les entrega a los votantes para que se lo lleven a casa y no se reutiliza, dijo Lara. El condado también ha obtenido grandes cantidades de carpetas llamadas “mangas de secreto” que cubren las papeletas de dos caras. Normalmente estas mangas se reutilizan, pero este año habrá suficientes para que cada votante tenga la suya.
El 10 % de la fuerza laboral de Lara, unos 10 trabajadores electorales voluntarios, se han retirado porque han dado positivo al virus. Originalmente planeaba tener cinco trabajadores en cada centro de votación, y ahora la cifra ha descendido a tres o cuatro en cada lugar. “Tres es el personal mínimo, así que todavía estamos bien, pero va a significar tiempos de espera más largos para los votantes, y entonces tendremos un montón de votación en la acera y eso significa que el personal tendrá que ir dentro y fuera, lo que impactará a los votantes en persona", dijo.
Aquí está el informe de ProPublica sobre las preguntas más importantes en una elección que será como ninguna otra:
¿Cómo afecta la pandemia a las elecciones?
Aunque las reglas de las elecciones estatales varían mucho, una cosa es segura: los votantes van a las urnas con la pandemia en mente. Desde abril, casi todos los meses los votantes han clasificado sistemáticamente la pandemia como el problema más importante que enfrenta el país hoy en día, según Gallup.
Los picos en el término de búsqueda “vote con Covid” reflejan las áreas donde COVID-19 es rampante, según Google Trends. Iowa, Missouri, Minnesota y Wisconsin encabezan la lista de estados donde el término ha sido más buscado en los últimos siete días. La palabra ha sido buscada cinco veces más a menudo en Iowa que en estados como Nueva Jersey o Washington, según Google Trends.
Desde el 20 de octubre, EE. UU. ha registrado más de 60,000 nuevos casos por día, con más de 97,000 casos reportados el 30 de octubre, rompiendo el récord de 88,000 establecido el día anterior. Con más de una docena de estados que reportan un aumento en el número de casos, los expertos en salud pública están caracterizando el aumento actual como una “tercera ola” de la pandemia en Estados Unidos. Del 1 al 29 de octubre, las hospitalizaciones en los estados donde el partido Republicano o Demócrata cuenta con un apoyo similar y puede ser decisivo en las elecciones presidenciales de Ohio, Wisconsin y Pensilvania se han duplicado con creces, según datos de The COVID Tracking Project (Proyecto de Seguimiento de COVID).
Cheryl Sattler, una abogada de 52 años del condado de Gadsden (Florida), se inscribió para ser trabajadora electoral por primera vez en su vida debido a la esperada escasez de voluntarios de más edad, con mayor riesgo de contraer el coronavirus. Durante su capacitación de dos horas, aprendió sobre las precauciones en caso de pandemia, incluido las barreras de plexiglás que se supone deben protegerla y el dispositivo de limpieza que descontaminaría cada bolígrafo que usarían los votantes.
Durante las primarias, dijo, su condado no estaba listo. “Me tocaron ocho personas, y fue tan desagradable". Pero, hoy, dijo, está mejor preparado. En cuanto a ella, la elección es tan importante que se siente obligada a ser voluntaria, dijo. “Estoy sana, así que voy a arriesgarme".
¿Puede el Servicio Postal de los Estados Unidos manejar decenas de millones de boletas de votación por correo?
Debido a que decenas de millones de personas votan por correo por primera vez, los funcionarios electorales se han pasado meses advirtiendo sobre los posibles retrasos postales.
En los días previos a las elecciones, el Servicio Postal ha entregado cada vez menos boletas a tiempo en los estados en disputa. En Philadelphia, por ejemplo, 42 % de todo el correo de primera clase está demorando más de cinco días para la entrega. La semana pasada, las entregas puntuales de correo de primera clase cayeron hasta el 42 % en Detroit, el 56 % en Wisconsin y el 53 % en el sur de Florida. (USPS ha afirmado que las cifras diarias fluctúan, y que el rendimiento puntual medido por semana es mucho mejor).
“Es un cuadro bastante malo", dijo Ivan Butts, gerente de recursos de salud del USPS y vicepresidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Supervisores Postales. Siendo realistas, dijo, el último momento para colocar las boletas por correo fue una semana antes de las elecciones, lo que concuerda con el consejo oficial del Servicio Postal a los votantes. Dijo que es difícil decir si los votos de todos van a ser contados. “Supongo que va a depender de los tribunales".
En el condado de Miami-Dade, la semana pasada los inspectores encontraron 62 boletas no entregadas en una oficina de correos entre 180,000 piezas de correspondencia retrasada. Después del descubrimiento, los agentes de la Oficina del Inspector General del USPS buscaron en otras instalaciones del condado más boletas, y un juez del Distrito Sur de Florida de EE. UU. ordenó al Servicio Postal que certificara que no quedaban boletas.
Debido a los tiempos de entrega mucho más lentos, el viernes un juez de distrito de EE.UU. en Washington, D.C., ordenó al Servicio Postal que tomara “medidas extraordinarias” para agilizar la entrega de las boletas. Hoy, el juez ordenó al Servicio Postal revisar exhaustivamente sus instalaciones de procesamiento de boletas en 12 distritos, incluidos el centro de Pennsylvania, Filadelfia, Detroit, Atlanta, Houston, Florida del Sur, Gran Carolina del Sur y Arizona. Todas las boletas identificadas deben enviarse para su entrega de inmediato. El Servicio Postal debe presentar una actualización de estado confirmando la revisión y la ausencia de boletas antes de las 4:30 p.m de hoy.
El Servicio Postal continúa sin personal suficiente, ya que el coronavirus ha marginado a los empleados. Hasta la fecha, casi 15,000 trabajadores postales han dado positivo al COVID-19, y 101 han muerto. En las últimas dos semanas, el número de casos positivos aumentó en un 13 %. La semana pasada, unos 7,600 trabajadores postales estaban en cuarentena. Según un expediente judicial, las ausencias relacionadas con COVID-19 han ralentizado el correo en Detroit y Greater Michigan, el centro de Pennsylvania, Colorado y Wyoming.
“Todos están cansados. Todo el mundo está trabajando muchas horas extras. Todo el mundo está al límite. Y luego les dices, necesitamos un poco más de tu esfuerzo", expresó Roscoe Woods, un presidente del sindicato postal del área de Detroit. “Sólo puedes funcionar al 150 % por un tiempo".
Hasta el lunes, Wisconsin todavía tenía 179,700 boletas sin entregar. La semana pasada, la Corte Suprema de EE.UU. rechazó un intento de los demócratas de ampliar el plazo para recibir boletas en ausencia hasta seis días después de las elecciones. Con retrasos en el correo o no, las boletas deben recibirse antes de esta noche para contarlas.
“Va a haber privación de derechos de los votantes", dijo Jay Heck, director ejecutivo de Common Cause Wisconsin, un grupo de interés público no partidista. Él espera que el estado reciba muchas más boletas que durante las primarias de primavera, realizadas durante la primera oleada de la pandemia.
“Va a ser más difícil para los residentes de Wisconsin votar el 3 de noviembre de lo que fue el pasado abril", aseguró Heck.
Un portavoz del USPS no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
¿Qué tan segura es nuestra infraestructura electoral?
Analistas de Virginia y del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos se reúnen hoy en una antigua sala de lectura de la biblioteca de la oficina ejecutiva del gobernador en Richmond. Sentados a una distancia de 6 pies, y también conectados a trabajadores remotos a través de salas de chat, trabajarán para detectar amenazas continuas a los sistemas electorales y compartir detalles de posibles ataques.
Los funcionarios estadounidenses están trabajando para evitar que se repita lo ocurrido en 2016, cuando Rusia pirateó al Comité Nacional Demócrata y publicó correos electrónicos durante la undécima hora de la campaña presidencial. Ese esfuerzo promovió la cobertura mediática crítica a la entonces candidata demócrata Hillary Clinton. Una vez más, mientras se desarrollan otras elecciones, los hackers rusos continúan tratando de penetrar la infraestructura electoral.
Y no están solos. En las últimas semanas, el DHS y el FBI advirtieron que los hackers iraníes estaban atacando sitios web de elecciones para obtener datos de registro de votantes, que en algunos estados son de dominio público. Los funcionarios dijeron que los atacantes también investigaron esos sitios por debilidades en los protocolos de seguridad, una amenaza más significativa que podría permitirles interrumpir la votación o acceder a información más sensible.
Los problemas de seguridad cibernética se han cernido sobre la infraestructura electoral de Estados Unidos durante años. A principios de 2020, ProPublica determinó que docenas de sitios web relacionados con las elecciones en condados y ciudades que habían votado el Super Martes eran particularmente vulnerables a los ciberataques. En recientes semanas, una oficina electoral del condado en Texas se infectó con un tipo de software malicioso que suele ser precursor de ransomware, mientras que un ataque de este tipo penetró en las redes de un condado de Georgia.
Este tipo de ataques, en los que los hackers toman como rehenes los sistemas informáticos a cambio del pago de un rescate, es una de las principales preocupaciones de las autoridades federales, dijeron los funcionarios. El problema es tan preocupante que el Comando Cibernético de los EE.UU. recientemente trató de interrumpir las redes informáticas utilizadas para distribuir el ransomware. Los ataques a los sistemas de los funcionarios electorales, aunque no afecten directamente a las máquinas de votación, pueden causar retrasos o enturbiar la confianza de los ciudadanos en el proceso.
La National Association of State Election Directors (Asociación Nacional de Directores de Elecciones Estatales) instó recientemente a los funcionarios a estar preparados con planes de respaldo, pero advirtió que los fallos no son necesariamente el resultado de una actividad maliciosa. “Los ojos del público estadounidense y del mundo están puestos en los funcionarios electorales mientras administramos elecciones libres y justas durante esta época sin precedentes", dijo Amy Cohen, directora ejecutiva del grupo.
Christopher Krebs, director de la Agencia Federal de Seguridad Cibernética y de Infraestructura, dijo que, aunque los funcionarios de EE.UU. confían en que los ciberpiratas no pueden cambiar los votos, “eso no significa que varios no traten de introducir el caos en nuestras elecciones y hagan afirmaciones sensacionalistas que exageran sus capacidades".
¿Qué tan difundida está la información errónea sobre las elecciones?
La información errónea en internet ha estado alimentando falsedades, advertencias infundadas y teorías de conspiración sobre las elecciones, en gran parte destinadas a socavar la fe en el sistema electoral y a disuadir a la gente de votar. Trump ha hecho acusaciones infundadas de fraude en la votación por correo, de las que se han hecho eco muchos de sus partidarios.
ProPublica y KQED reportaron el lunes que al menos dos docenas de grupos en la aplicación de medios sociales WeChat de propiedad china han estado circulando información errónea de que el DHS está “preparando la movilización” de la Guardia Nacional y “despachando” a los militares para sofocar inminentes disturbios, aparentemente en un intento de asustar a los chino-americanos para que se queden en casa hoy.
La semana pasada, las teorías de conspiración circularon en Texas tras reportes sobre códigos de barras mal impresos en Fort Worth. El error obligó a los trabajadores a duplicar las boletas para que pudieran ser escaneadas de nuevo en el sistema. Pero el percance administrativo llevó a algunas voces de derecha a asumir lo peor. Un mensaje decía que el incidente “debería asustar a los votantes", sugiriendo que no se puede confiar en que los funcionarios locales cuenten los duplicados correctamente. Ese y otros ejemplos fueron recogidos por Junkipedia, un repositorio que acopia información errónea en internet.
Las plataformas de medios sociales han hecho intentos desiguales para frenar la información errónea. Facebook ha prohibido durante mucho tiempo las publicaciones que tergiversan quién puede votar, si un voto será contado y qué tipo de documentación debe ser proporcionada para poder votar. Facebook también bloqueó nuevos anuncios políticos durante la semana anterior a las elecciones. (Twitter ha prohibido completamente los anuncios políticos). Pero ProPublica reportó en julio que la desinformación sobre la elección, particularmente sobre la votación por correo, continuó floreciendo en Facebook. Y el manejo de Facebook de la prohibición de anuncios políticos ha sido desigual, dejando lagunas que han resultado) en el envío de anuncios falsos a los votantes.
“Toda la charla sobre las milicias y Antifa y los disturbios civiles, es tan fácil difundir esas cosas por Internet", opinó Chris Piper, director electoral de Virginia. Los funcionarios tendrán líneas directas con las compañías de medios sociales en caso de que las medias verdades y mentiras a gran escala empiecen a difundirse como un incendio forestal en Internet. “Todo el mundo está haciendo guardia", dijo.
No toda la información errónea se propaga a través de los medios sociales. Los funcionarios de inteligencia de EE.UU. dicen que Irán estuvo detrás de una reciente campaña de intimidación de votantes en la que los hackers enviaron correos electrónicos amenazadores aparentando ser del violento grupo de extrema derecha Proud Boys. También descargaron datos de votantes disponibles públicamente y enviaron correos electrónicos amenazantes a demócratas registrados, en un esfuerzo por forzarlos a votar por Trump. También se han realizado algunos esfuerzos de información errónea por medio de mensajes de texto.
¿Qué tan largas son las filas?
En la votación anticipada en Columbus, Ohio, la fila daba vueltas alrededor del estacionamiento de un centro comercial mientras la gente esperaba horas para emitir sus votos. Los votantes de Philadelphia llegaron llevando sus propias sillas plegables.. En Texas, donde más gente ha votado temprano que en todo el 2016, la gente empezó a hacer fila a las 5 a. m.
Al igual que en las elecciones anteriores, se esperaba que la espera fuera más larga en los barrios de minorías y de personas de bajos ingresos. Un estudio de 2019 para National Bureau of Economic Research (NBER por sus siglas en inglés, Oficina Nacional de Investigación Económica) usó datos de localización de celulares para estimar que los residentes de los barrios negros esperaron 29 % más para votar en las elecciones de 2016 y fueron 74 % más propensos a pasar más de 30 minutos en el centro de votación. Los investigadores en Brennan Center for Justice (Centro Brennan para la Justicia) en la facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York han atribuido la disparidad a menos máquinas de votación y trabajadores electorales en los barrios de minorías.
“Me sorprendería que no hubiera disparidades en los tiempos de espera para la votación anticipada y en el día de las elecciones del 2020", dijo Devin Pope, profesor de University of Chicago’s Booth School of Business (Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago) y uno de los autores del artículo del NBER.
Este año, las jurisdicciones con problemas de liquidez han tenido que consolidar los recintos, reclutar a trabajadores electorales más jóvenes y observar el distanciamiento social. (Estar a 6 pies de distancia puede hacer que las filas parezcan más largas, aunque se muevan rápidamente). En nueve condados del área de Atlanta, hay casi un 40 % más de votantes por centro de votación que en 2012, ya que los funcionarios han reducido los centros a pesar del crecimiento demográfico, según un análisis de ProPublica y Georgia Public Broadcasting. Los votantes esperaron allí hasta 10 horas durante el primer día de la votación anticipada.
En el oeste de Filadelfia, la reverenda Lisa Cross de la Iglesia Calvary AME dijo que varios feligreses que solicitaron boletas de voto por correo en octubre nunca las recibieron y tendrán que votar en persona. Un miembro de la congregación fue a votar temprano, pero se sintió disuadido por la larga fila. “Va a tratar de ir hoy", dijo. “Están presionando".
Eileen Haskell, asistente de la biblioteca de Fort Wayne, Indiana, no cumplía con los criterios para un voto por correspondencia en su estado. Hizo tres viajes a lugares de votación anticipada, pero se desanimó por las largas horas de espera cada vez, dijo. Aspira a tener mejor suerte en su distrito electoral habitual hoy.
“Obviamente necesitábamos más lugares para votar temprano o las filas no habrían sido tan largas", dijo Haskell, de 61 años. Los votantes “no deberían estar de pie fuera durante una hora".
¿Cuántas boletas por correo están siendo rechazadas?
Un número récord de votantes estadounidenses ya han votado, gracias a una expansión masiva del voto en ausencia en los estados de todo el país y a las campañas para votación anticipada. Hasta 100 millones de personas podrían votar anticipadamente, según un estimado de Michael McDonald, un profesor de ciencias políticas de la Universidad de Florida que realiza un seguimiento de los votos tempranos.
En comparación, eso representa cerca de dos tercios del total de los votos durante la elección presidencial de 2016. Tanto Hawaii como Texas ya han superado sus totales de votos de hace cuatro años, y otros 10 estados están al 80% o más.
Más gente votando por correo este año trae aparejado el potencial de más votos rechazados.
En muchos estados, las boletas rechazadas pueden ser arregladas. Este proceso se conoce como “curación” en Carolina del Norte, donde se han emitido más de 928,000 votos por correo. Hasta el 2 de noviembre, había 4,865 boletas recibidas por correo en el estado marcadas como “pendientes de curación” y unas 2,800 adicionales con información incompleta de testigos, en conjunto menos del 1 % de todas las boletas por correo en el estado, según las estadísticas publicadas por la Junta Estatal de Elecciones.
Los votantes afroamericanos son más propensos a tener boletas que necesitan ser curadas y sin información de testigos en Carolina del Norte. En un estado donde los negros representan el 20 % de los votantes registrados, el 30 % de las boletas de “cura pendiente” fueron de esos votantes. Tanto los votantes afroamericanos como los blancos tienen unas 1,000 boletas de correo marcadas como carentes de información de testigos.
Ese patrón se ha repetido en otros estados, incluyendo Florida, donde los votantes de color y los más jóvenes son más propensos a que sus boletas de voto por correo sean marcadas por “deficiencias", según un análisis del profesor de ciencias políticas de la Universidad de Florida, Daniel Smith.
Otros estados, como Pennsylvania, Michigan y Wisconsin, han rechazado un pequeño número de boletas de correo, pero es probable que el recuento aumente a lo largo del día de las elecciones a medida que los funcionarios electorales de esos estados comiencen a procesar las boletas. Además, las boletas por correo que lleguen después de las fechas límite probablemente también serán rechazadas.
Más de 3 millones de votantes en Pennsylvania solicitaron una boleta por correo para la elección, una novedad en un estado que en años anteriores ha votado casi totalmente en persona el día de las elecciones. Menos de 1,000 han sido rechazadas por los funcionarios electorales, la mayoría de ellas de votantes primerizos que no proporcionaron identificación, según los datos proporcionados por el estado.
Los rechazos también podrían derivarse de cambios en los procedimientos electorales, como en Carolina del Sur, donde el requisito de que los votos en ausencia tengan un testigo se eliminó y luego se añadió de nuevo, lo que podría significar que los votos de algunos electores no se contarán.
Ian MacDougall y Maya Miller contribuyeron al reportaje.
Traducido por Deyanira Jordá, editado por Ivette Leyva
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